Mi nombre es Luís Antonio. Soy diseñador industrial y nací en Sao Paulo, una ciudad al sur de Brasil. Cuando cumplí 23 años –en enero de 2016– decidí montar mis pertenencias en una bicicleta y pedalear por América en busca de conocimiento y calidad de vida.
A mediados de 2015, como consecuencia de la crisis financiera, fui despedido de mi trabajo, el cual desempeñaba en una empresa multinacional. Cuando sentí en la piel la economía brasileña en pleno descenso, decidí hacer algo totalmente nuevo. Dejé la comodidad del hogar, busqué aprender una nueva lengua y comencé a conocer el mundo a bordo de una bicicleta.
Elegí la bicicleta por ser un medio de transporte altamente eficiente y la cual requiere de poca manutención. Además, representa una manera muy cómoda, saludable e independiente de viajar, pues el ciclista puede parar –o seguir– de acuerdo a su gusto. El cicloviajero no depende más que de su esfuerzo físico.
Algo que también me fascina de la bicicleta es la simplicidad que posee y la proximidad que guarda con todas las personas. Ya que se trata de un medio de transporte muy económico, casi todas los habitantes del continente poseen una bicicleta, así que genera un sentimiento de empatía. Nadie se avergüenza de abordar un “ciclista forastero”, de platicar con él y ofrecerle su amistad.
Todo comenzó así. Un día salí pedaleando de la puerta de la casa de mis padres y me incorporé a la calzada. Luego de transcurridas las primeras semanas de viaje en la carretera, descubrí que era mucho mejor recorrer carreteras alternativas, fuera de las autopistas.
Así comencé a transitar por rutas secundarias, vecinales. Éstas me llevaron a pequeños pueblos, lo cual significó estar más seguro y también me permitió acceder a una absorción cultural más genuina. Aprendí acerca de la economía local, los dialectos y costumbres culinarias, temas que son lo que más me han cautivado durante mi recorrido.

Desde el principio del viaje publiqué mis experiencias en un Blog, tengo un canal en YouTube y he trabajado en una serie de tarjetas postales, también realizo ilustraciones y revistas, las cuales vendo en el camino para solventar mis gastos. Hasta ahora he dado a conocer más de 18 relatos, centenas de imágenes y decenas de trabajos gráficos que pueden adquirir a través de mi blog.
Considero que la mejor manera de estar en contacto con las realidades latinoamericanas y de conocer sus hermosos paisajes, los cuales te brindan de distintas bellezas, es pedalear, pedalear a través de los diferentes ecosistemas del continente. Conocer esos entornos también te da pistas de las relaciones socioeconómicas presentes en cada uno de esos lugares.
En Honduras, por ejemplo, hice un camino alternativo por los montes del norte del país, conocí el Caribe de La Ceiba. Circulé por carreteras muy poco trafegadas [transitadas] y me adentré en algunas zonas bien aisladas, lo que me permitió estar en contacto con la naturaleza y conocer a los lugareños de Olancho. Aquellas bellas personas, se encontraron muy animados con mi visita, me recibieron como a un familiar. Fue toda una experiencia, fantástica. Nadie podría haberme enseñado lo que ahí viví, sólo accedí a ello porque estuve ahí.
LA GENTE DE AMÉRICA
La mejor manera de conocer la realidad de una región es estar cerca de la gente, así que evito al máximo pagar por hospedaje. Además del gran ahorro que representa esta alternativa me permite viajar más tiempo, pues al estar siempre en busca de un alojamiento solidario, me obliga a establecer contacto con los locales, y con ello he logrado entender la dinámica social y cultural de la zona.
El cicloviajero puede conseguir apoyo para descansar de muchas maneras, y todas ellas te permiten vivir la cultura y realidad socioeconómica de una persona, familia o institución.
El Couchsurfing y Warmshowers son redes sociales muy buenas para planear el descanso en lugares estratégicos –por ejemplo en ciudades grandes, cuando se necesita recibir encomiendas, prepararse para un vuelo–, además que a través de estas plataformas puedo buscar personas con gustos parecidos a los míos, y de esta manera me permite intercambiar valiosa información acerca de rutas y puntos de interés.
Fue una grata sorpresa adentrarme a México y descubrir una desarrollada Red de apoyo a cicloviajeros. Conocí el proyecto Red de Apoyo Cicloviajero México (RACmx) a través de otros cicloturistas que me contaron sus experiencias. Es una iniciativa muy importante para el desarrollo del turismo en bicicleta, y sobretodo una linda manera de compartir lo vivido. Además, RACmx le permite al cicloviajero descansar en la seguridad de un hogar, y a cambio comparte con los anfitriones enseñanzas y prácticas del cicloturismo, principalmente le interesa escuchar a los locales aquello que está más allá de las fronteras geográficas de su país.

Al largo de más de 3 años de viaje he conocido los más distintos estilos de vida e hice grandes amigos.
En estancias más largas de las habituales, es común cambiar un pequeño trabajo, de entre dos y cuatro horas por día, por alojamiento y comida. Es una buena forma de agradecer los anfitriones e incluirse en la rutina del lugar. En algunas ocasiones he hecho trabajos remunerados en la área de diseño y fotografía. Este intercambio es muy fructífero pues todos ganan, de manera material y espiritual.
1001 NOCHES EN AMÉRICA
En más de 1000 días de viaje pude aprender mucho acerca de nuestra historia y geografía. Conocí las huellas de civilizaciones que hace más de 10 mil años vivieron en América, aquellas que construyeron grandes estructuras urbanas y desarrollaron importantes tecnologías para la agricultura.
Nuestro continente es el más rico y diverso en ecosistemas, por lo tanto es próspero en recursos naturales. Cuenta con las más grandes reservas minerales de cobre, litio, hierro, bauxita; además de petróleo, agua dulce y gas natural. Nuestras tierras son muy fértiles y todo que se siembra crece.
Lo que más me impresionó en esta etapa de mi vida, recorriendo a esta América tan rica y llena de misterios, es que nada de lo que viví a bordo de mi bicicleta lo aprendí en la escuela. Nunca tuve contacto con la lengua española, tampoco con artistas, escritores y pensadores hispanoparlantes. Creo que esta es lo que más me motiva a dominar los rincones de este inmenso continente.
Mi nuevo trabajo, el cual llevo a cabo en dos ruedas, busca registrar todo lo que voy conociendo y compartirlo con todos los demás. De tal forma que tiene como objetivo que las personas conozcan y se adentren en esa América que no figura en los libros de historia y que en paralelo aprendan acerca de un estilo de vida sostenible y sano.

Pueden seguir mi labor y apoyarme a través de los siguientes medios, ahí publico mis diarios de viaje:
Pueden leer mi blog , ver mi canal “A vida virou um risco” en YouTube, entrar a mi Facebook o ver mis fotos en mi Instagram.
Gracias a todos que hacen parte de la RACmx. Es un trabajo importante el registrar y mantener puntos de apoyo al largo del país, lo cual es en favor del desarrollo de esta actividad. Considero que la red social permite conectar extranjeros, turistas o migrantes con los locales interesados en el cicloturismo, lo que da pie al intercambio de conocimientos y a colaborar en una sociedad mas sostenible.
LUIS ANTONIO SOARES BOTELHO DA CUNHA
26 ANOS
BRASILEÑO NATURAL DE SAO PAULO.
DISEÑADOR INDUSTRIAL Y FOTÓGRAFO
