“Mi mayor inspiración fue la libertad”: Vanessa Sánchez en bicicleta por México y el mundo.

Originaria de la Ciudad de México, médica de profesión, Vanessa ha recorrido gran parte de los rincones de México en su bicicleta.

Para Vane Sánchez la libertad fue su principal motivación para salir a conocer el mundo en bicicleta. Con su experiencia viajando por México y el mundo, nos cuenta un poco de sus recorridos y nos da algunos tips para viajar como mujer. 

Cuéntanos, ¿de dónde a dónde viajaste? ¿Por cuánto tiempo? ¿Cuántos kilómetros recorriste? ¿Viajaste sola?

He realizado distintos viajes dentro del país; desde un par de días hasta un mes, recorriendo 19 de 32  estados de la República Mexicana (Baja California Norte, Baja California Sur, San Luis Potosí, Michoacán, Guanajuato, Ciudad de México, Querétaro, Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Estado de México, Morelos, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo). También por países de Europa, Asia, África y América de manera multimodal. La mayor distancia que he registrado en un solo viaje, han sido mil 800 kilómetros; en total, de los años viajando llevo 27 mil km registrados  y aproximadamente 22 mil km sin registrar. Viajo sola y también acompañada, y las dos modalidades tienen sus distintos retos y encanto. 

¿Qué te motivó a viajar en bicicleta?

Amo viajar, conocer nuevas culturas, formas de vida y, a través de ellas, conocerme más como persona y como ser humano. Descubrir que había personas que lo hacían viajando en bici fue totalmente mágico para mí, ya que permitía viajar de una manera completamente autónoma y poder acceder a sitios remotos para los que el camino no estaba formado. Mi mayor inspiración fue la libertad; el no tener que cumplir con tiempos ni camino trazado, el no tener que depender de ningún transporte, alojamiento o servicio turístico; convertir el camino en el viaje mismo, aprender a vivir con lo mínimo, aprender a valorar las cosas importantes, aprender de la calidez y la empatía que compartimos como seres humanos y, en especial, aprender a vivir en la naturaleza y lograr seguir maravillándome con cada nuevo vistazo que le doy al mundo.

¿Cuáles son los principales retos a los que te enfrentaste?

El primero, a mí misma. El primer viaje lo realicé sola. Fue un viaje corto, de 3 días, pero tenía miedo de que el viaje me sobrepasara y mis habilidades no fueran suficientes para poder completarlo. Afortunadamente me capacité, me quité los miedos de encima, preparé alforjas y salí a buscar la aventura. Me fue increíble durante ese viaje, lo disfruté enormemente y aprendí tanto de mis fortalezas como de mis debilidades. Lo más importante es que ahí fue cuando me convencí de que podría hacerlo, sin importar el lugar, las condiciones ni el acompañamiento. 

El segundo, a la sociedad. La cuestión de inseguridad que forma parte de la vida del país sumado a la cultura machista de la que provenimos, transformó la visión de mi viaje ante mi familia y amigos en una completa locura. No paraban de decirme que era peligroso, que no tenía ninguna necesidad de hacerlo, que podía viajar de otras formas, que no ganaba nada con exponerme, que era imposible que me fuera sola y más comentarios del estilo que lo único que lograban era alimentar mis miedos y mis inseguridades. Logré darme cuenta a tiempo antes de parar todo y dar marcha atrás. Les expliqué por todos los medios a mi alcance, la naturaleza de mi viaje buscando comprensión, apoyo y empatía. Oh decepción, el trabajo fue desgastante e infructuoso, no logré conseguir mi objetivo. Tampoco me importó mucho que digamos, yo estaba plenamente convencida de viajar y si mis palabras no lograban convencerlos, mis acciones lo harían. 

El tercero, a la inseguridad. Por muy seguras que nos sintamos y por mucha fuerza de voluntad que tengamos no podemos cerrar nuestros sentidos a la inseguridad y violencia del país en que vivimos. ¿Es esto un impedimento para viajar sola? No; pero sí es un punto que se debe resaltar y no perder el piso en ningún momento. En mi caso, las acciones a tomar fueron siempre avisar mis rutas, llevar GPS todo el tiempo, buscar rutas relativamente seguras y puntos de escape de las mismas, intentar llegar a tiempo a los lugares de pernocta y cargar algún mecanismo de autodefensa (en mi primer viaje, gas pimienta). Curiosamente, la inseguridad se quedó atrás cuando comencé a viajar. Mientras más lejos iba, más segura me sentía. Mientras más personas conocía, menos insegura me sentía. Jamás usé el gas pimienta y hasta la fecha, he tenido la buena fortuna de nunca haber padecido ningún tipo de agresión, aunque no por eso bajo la guardia. Siempre voy lista por si se requiere.

¿Cuál ha sido la mejor experiencia del viaje?

Eso es algo muy difícil de responder. Creo que cada viaje encierra una experiencia enriquecedora completamente distinta a la anterior. Para mí, lo mejor del cicloviaje ha sido relacionado con el descubrimiento, con el compartir, con la superación de retos y con vivir la sensación de libertad.

¿Qué consideras que es lo más bonito y lo más feo de viajar como mujer en bicicleta?

Lo más bonito de viajar como mujer es el simbolismo que representa tanto para una misma como para otros. El sentirse segura, fuerte, capaz, valiente, independiente y superando constantemente nuestros propios límites nos fortalece y nos empodera como mujeres. Mucho más allá de la cuestión propia del viaje, de conocer personas y lugares, de superar retos, creo que la verdadera magia de viajar en bici radica en la revolución interna que gesta en nuestro ser, pensar y sentir. Nos desnuda de toda superficialidad, nos expone al mundo y a nosotras mismas en nuestro estado más puro, nos confronta a nuestras debilidades y fortalezas, nos quiebra cuando creemos que podemos y nos fortalece cuando creemos que no lo lograremos; nos obliga a lidiar y a vivir con nosotras mismas, a escucharnos, a conocernos y a valorarnos. Y todo esto es plenamente apreciado por los que nos rodean. Es increíble pasar de idear un cicloviaje a encontrarse de pronto rompiendo esquemas, sembrando sueños y sirviendo de inspiración a las generaciones futuras, y pasadas también.

Lo más feo de viajar como mujer es la falta de respeto y la violencia de género. No puedes salir sin que alguien se sienta con el derecho de chiflarte, gritarte o acosarte de cualquier forma.

¿Cuáles son los aditamentos más importantes para ti durante el viaje o con lo que siempre cargas?

Siempre dividido mi equipaje en tres: bici, campamento y personal. 

Para la bici llevo siempre herramienta y refacciones, es impensable para mí tener una falla mecánica reparable en medio de la nada y tener que frenar camino por no contar con lo necesario para repararla; llevo lámparas, bidón-filtro para agua y termo de café. 

Para acampar utilizo tienda impermeable, sleeping, bajo sleeping, estufa y cocineta de campamento y mis caprichos: café y prensa para café o mini máquina para expresos y mi almohada inflable. 

Para uso personal llevo ropa para pedalear, impermeable, ropa para descanso, unas sandalias, toalla y productos de higiene personal, batería extra y cables y lámparas. Es importante llevar algo que nos enfoque, que nos ayude a disfrutar y nos sirva de entretenimiento y distracción (y consuelo a veces). En mi caso siempre llevo un libro, audífonos y una libreta para escribir; en algunas ocasiones colores.

¿Qué consejo nos puedes compartir cuando te sientes en peligro durante tu viaje?

En primera, no entrar en pánico y bloquearse. Identificar si el peligro es real. Analizar la mejor acción que podamos tomar para ponernos a salvo. Pensar rápido y actuar.

Yo recomiendo que cuando planeen un cicloviaje analicen los peligros a los que podrían exponerse y con base en esto, construir un plan de emergencia. Ya sea cambiar de ruta, parar y cambiar plan, hospedarse en un lugar seguro, acudir a servicios de emergencia como estaciones de bomberos, etc. Siempre es útil que alguien lleve rastreo de nuestra ubicación, incluso hay aplicaciones para el celular en que presionando un botón se envía una llamada de auxilio con nuestra ubicación. También recomiendo aprender maniobras de autodefensa y llevar algún implemento que nos ayude en la misma. Y sobre toda las cosas, no dudar en pedir ayuda. 

¿Qué te permitiría sentirte más segura en la carretera?

Tener un carril alejado de los automóviles o al menos, un acotamiento en las carreteras. También me hace sentir más segura el hecho de que haya seguridad oficial, que pasen patrullas y ambulancias por ejemplo.  Y bueno, viajar acompañada también me hace sentir más segura que viajar sola. 

Recomendaciones para otras mujeres que quieran comenzar su viaje en bici

Prepárense para su viaje, capacítense, desarrollen habilidades que crean que pueden ocupar durante su travesía. Sean adaptables, el cicloviaje nos presenta muchos retos y sorpresas y siempre es más fácil manejarlos si nos adaptamos al momento. Y sobre todas las cosas, jamás duden que pueden hacerlo. Un viaje de miles de kilómetros empieza metro a metro. 

¿Te gustaría mencionar algo más?

Tengo la increíble fortuna de no sólo poder viajar sola sino de contar con amigos y con mi esposo con los que puedo compartir esta gran pasión que es el cicloviaje. Si el viajar es una experiencia completamente maravillosa, el viajar acompañada y poder compartir momentos y paisajes es de lo más bello que la vida me ha podido regalar. Mi sueño es lograr formar una familia cicloviajera y forjar pequeñas personitas de valor y que valoren lo mágica que es su vida y el mundo a través de todas las herramientas que nos brinda el cicloviaje. 

Nombre: Vanessa Sánchez  

Lugar de nacimiento: Estado de México y radico en la Ciudad de México 

Redes sociales:

Instagram @brujastrella y @ciclovidamx

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